El mundo alcanza el pico de emisiones gracias al aumento de la energía solar y las baterías, pero los objetivos de París aún quedan lejos
El último informe «Energy Transition Outlook» de DNV revela un hito importante en la lucha contra el cambio climático: las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía alcanzaron su punto máximo en 2024. Este cambio positivo ha sido impulsado por el auge de la energía solar y el almacenamiento en baterías, que han hecho más accesibles las energías limpias y han frenado el uso de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo.
Energía solar y baterías: pilares de la transición energética
El informe destaca que la energía solar, junto con las baterías, está superando en costo a las fuentes convencionales de energía como el carbón y el gas en varias regiones, especialmente en Alemania. En 2023, las instalaciones solares crecieron un 80% y los precios de las baterías cayeron un 14%, lo que ha facilitado el acceso a energías limpias y vehículos eléctricos (VE).
China, por su parte, lidera este cambio, representando el 58% de las nuevas instalaciones solares y el 63% de las ventas de vehículos eléctricos el año pasado. Aunque sigue siendo el mayor emisor de CO2, su dependencia de los combustibles fósiles está disminuyendo rápidamente.
¿Qué falta para alcanzar los objetivos climáticos?
A pesar del avance significativo, DNV advierte que los esfuerzos actuales no son suficientes para cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Se prevé que las temperaturas globales aumenten 2,2 grados Celsius para finales de siglo, lo que pone en riesgo el límite de 1,5 grados acordado. Además, otras tecnologías clave, como el hidrógeno y la energía eólica marina, están creciendo más lentamente de lo esperado.
Desafíos por superar
Uno de los principales desafíos que señala el informe es el desajuste entre las prioridades geopolíticas y económicas a corto plazo y la necesidad urgente de acelerar la transición energética. Aunque el «dividendo verde» es evidente, los responsables políticos deben redoblar sus esfuerzos para duplicar la inversión en tecnologías renovables y abordar sectores difíciles de electrificar.
La IA y su papel en el futuro energético
El informe también evalúa el impacto de la inteligencia artificial (IA) en el sector energético. Aunque se espera que la IA represente un 2% de la demanda eléctrica global para 2050, su impacto en la transición energética será limitado.
Aunque el pico de emisiones es un logro crucial, el ritmo de la disminución de estas debe acelerarse. La energía solar y las baterías ofrecen un camino claro hacia un futuro energético más limpio, pero la transición requiere de más apoyo político y financiero para alcanzar los ambiciosos objetivos climáticos del Acuerdo de París.
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